1. La primera razón es que, por lo general, no nos gusta vender. No nos gusta acorralar a alguien para convencerlo de que compre un producto o servicio, o para que se afilie también a la compañía.
Es decir, nos animamos y tratamos de hacerlo, pero le tenemos miedo al rechazo y eso suele estorbar mucho. Lo primero que se debe aprender es superar este miedo al rechazo, y sobre todo no rogarle a nadie, sino asumir una actitud de “se lo pierde”. Suele ocurrir que para que alguien quiera ingresar en una compañía multinivel o venta directa, de cada 19 personas que dicen “No”, una dice “Sí”.
2. La segunda razón puede estar en el Plan de Compensación de la compañía, que no esté justamente diseñado y haga muy difícil cumplir sus requerimientos para lograr buenos ingresos. Evita las compañías que exijan cantidades muy grandes de venta personal o de grupo, o de nuevos afiliados, para tener derecho a retribuciones. Tal vez unos pocos lo podrán lograr, pero muy pocos.
3. Otra razón muy importante es la resistencia, desconfianza y el recelo que muchas personas tienen todavía por esta forma de negocio, y no creer en su legalidad, lo que hace muy difícil la labor del promotor. O también, si es un Multinivel que incluye venta directa la resistencia a que les vendan algo. Se requiere paciencia, trabajo y perseverancia, y recibir un buen entrenamiento.
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